El trabajo con la Técnica Alexander renovó mi visión sobre el aprendizaje guiándome hacia el encuentro de nuevas habilidades en el arte de aprender a aprender. Aprender a dar tiempo: tiempo para pensar en el uso de mí misma.
Antes de iniciar el entrenamiento como Profesora de Técnica Alexander, dediqué un gran período de años al conocimiento de este trabajo como alumna, tomando clases individuales. Fue en ese ambiente de intercambio y presencia donde fui invitada a conectar una y otra vez con la posibilidad creativa de renovar el interés en el mundo conocido, y en el no conocido también.
Hoy me encuentro investigando con especial atención la aplicación de los principios que nos brinda la Técnica en el proceso de reeducar la gestión de nuestro uso como seres psicofísicos para promover un estado que podría nombrar como estado de economía del ser.
Un ser que se usa a sí mismo en el ambiente sin perder de vista que el mayor potencial en la gestión de la propia economía, integra tanto la habilidad de atender como la de dirigir el uso de la totalidad de su ser psicofísico.
“La Técnica Alexander no te enseña algo nuevo para hacer, te enseña cómo llevar más inteligencia práctica a lo que ya estás haciendo, cómo eliminar respuestas estereotipadas, cómo lidiar con el hábito y el cambio. Te deja libre para elegir tu propia meta pero te da un mejor uso de ti mismo mientras vas hacia allí.”
Frank Pierce Jones, “La libertad para cambiar”